El hecho no se trataba de un caso aislado, teniendo conocimiento de la existencia de al menos otros tres casos, de los que no se formuló denuncia en la misma localidad
El pasado mes de marzo se presentó una denuncia en el Puesto de la Guardia Civil de Sariñena, por parte de un vecino de esa localidad al cual habían matado un gato de su propiedad por disparos de carabina.
A raíz de la denuncia prestada se hizo cargo de las investigaciones el Seprona de la Guardia Civil de Huesca, dado que se tuvo conocimiento de que no se trataba de un caso aislado ya que en la misma localidad habían aparecido al menos otros tres gatos muertos de disparos, aunque no habían sido denunciados los hechos, dando inicio a la “Operación Quin”, encaminada a descubrir al autor de los hechos.
Tras efectuar la necropsia al animal, se le extrajo del costado izquierdo, un proyectil del calibre 6.35mm, el cual fue la causa de la muerte del animal, según informe del veterinario.
Continuando con la investigación, los agentes del Seprona pudieron determinar que el proyectil había sido disparado con una carabina de aire comprimido de gran calibre (6,35mm), de las gestiones realizadas y las sospechas sobre la autoría de los hechos se procedió al decomiso de una carabina de esas características perteneciente a un sospecho, y la misma fue enviada al servicio de criminalística de la Guardia Civil en Madrid, para el pertinente estudio balístico.
Una vez recibidos los resultados del análisis, en el mismo se determinaba, sin ningún género de dudas, que el proyectil extraído del cuerpo del gato había sido disparado con la carabina intervenida al sospechoso.
Por ese motivo, por parte del Seprona de la Guardia Civil se procedió a la instrucción de las oportunas diligencias y a investigar (anteriormente imputar) a un varón de 57 años y vecino de la comarca de los Monegros, como presunto autor de un delito de maltrato animal, siendo las diligencias entregadas en el Juzgado de Instrucción nº 5 de los Huesca.